martes, 16 de agosto de 2011

Retomando el proyecto: mi nombre es Ricardo Alpert

Pudiera parecer que o bien me secuestraron las mafias rusas que andan metidas en las zonas turísticas de las islas o que este proyecto fracasó. Los que durante este tiempo me han visto por la red saben que no estoy muerto ni he sido extorsionado, conmigo con lo de sacarme dinero van aviados, ni mucho menos secuestrado. Aunque obtuve cierto material, no mucho porque la mayoría de lo que tengo está por la red, se puede decir que fracasé. O que me pasé un pelo en mis mofas y se dieron cuenta. O que hubiera sido mejor seguirles la corriente y decirles que les enviaba el dinero para que la supuesta Olga viniera a Tenerife y sacar más material. O que me pusieron a prueba y no la superé. El caso es que la cuenta de correo que creé sólo para este experimento no ha recibido ni un sólo correo desde hace meses y, debo de agradecer esto, que las mafias de todas las Rusias ni siquiera me han enviado correo clasificado como spam. El hecho que me hayan dejado de escribir me creó en su momento cierta frustración que, en cierto sentido, puede considerarse mayor que algunos desamores que he tenido en mi vida.  Aún así voy a publicar el material que tengo debidamente comentado y con ayuda de las fotos y algún material gráfico que recopilé en su momento. Con esta entrada me quiero presentar pero no yo, sino el personaje, guarro, machista, rancio y mezquino, que creé para comunicarme con la supuesta Olga. Se llama Ricardo Alpert y es de El Socorro, en Tenerife. La siguiente imagen, que me inspiró, que no diré cómo la conseguí y que finalmente nunca les envié, es el paradigma del personaje.


Cazador durmiendo con sus trofeos, tras una segura copiosa comida, al calor de la tarde


El Socorro de mis cartas, de los tres posibles que hay en Tenerife, es el que está en la costa del sureste entre Candelaria y Güímar. Es cierto, yo también vi del principio al final la serie Lost y me quedé, como todo el mundo, sorprendido porque el viejo Richard Alpert, que iba y venía de algún que otro capítulo de las primeras temporadas, tuviera sus comienzos, antes de esa extraña inmortalidad que le situaba más allá del tiempo y del espacio, en un Tenerife con una flora hawaiana en el año 1867. Mi Ricardo es menos místico y más humano, a veces demasiado. 


En breve, y tras esta entrada, publicaré el primer envío al que respondieron en muy pocas horas en un copia pega de un, probablemente, tipo gordo con pelo en la cara que no precisamente tenía que estar en Rusia. Espero que les gusten estas entradas.