miércoles, 15 de diciembre de 2010

Presentando este sitio

El spam es repugnante, una basura sin paliativos y muchas veces algo tan burdo que da vergüenza ajena que alguien caiga en eso pero si todos los días encontramos el buzón lleno de esa bazofia es porque, indefectiblemente, es un buen negocio. No cuesta nada enviarlo, hay máquinas que están todo el rato enviando basura, y un mercado negro de direcciones donde se cotizan a mayor precio aquellas que se sabe que están activas. Con que sólo uno  entre unos cuantos buenos miles pique ya el negocio es rentable. En sus misivas se nos prometen relojes de marca a precios de risa, viagra por un tubo, una señora muy piadosa con cáncer en estado terminal nos quiere regalar muchos millones de dólares para que no lo hereden los pencos de los familiares de su marido y hay una rusa muy guapa que se enamora de nosotros sin ni siquiera habernos visto de lejos. Normalmente rechazamos de plano esos correos, el filtro de Gmail por ejemplo es lo mejor que he visto nunca para detectar esta porquería, pero ¿y si un día nos dedicásemos a responder a estos correos? Esta idea es la que me ha inspirado a abrir este blog.


Dice un amigo que ya no se puede ser original ni en el pecado. Yo esto lo corroboro. No soy el primer tonto que responde a estos sinvergüenzas y libros y alguna investigación periodística ha dado esta idea. De hecho a mi se me ocurrió que podía ocupar una parte de mi tiempo cuando hace ahora un año, fue el 13 de diciembre de 2009, la edición digital de El País publicó un artículo que tenía el mismo nombre de este sitio: Desde Rusia con Spam. Mi idea era ponerle al blog un título así como "Desde Rusia con Amor" pero ese subdominio de Blogger estaba cogido y me puse a darle vueltas a la cabeza y registré este que lleva ahora y que se llama como el mismo artículo que cito de El País. Cuando lo hice, lo juro y lo vuelvo a jurar mil veces, todavía no había vuelto a encontrar el artículo de El País, para mi memoria había sido en marzo de 2010 cuando se había publicado y acotaba esa fecha en el buscador de Google y en la basura de buscador de este medio, y cuando lo encontré me dio mucha rabia por haber sido tan poco original pero aseguro que en la mente tenía una idea de nombre parecida sin recordarla de manera textual. Desde aquí quiero reconocer a la autora de este artículo, Carmen Pérez-Lanzac, no sólo como la autora de este título sino por un texto que, en su día, me hizo partir de risa.



Ahora mismo estoy en una de estas investigaciones y me estoy escribiendo con una muchacha rubia de 31 años, rusa, que no fuma pero que no le importa que los hombres lo hagan y que se alegra de las cartas que yo le escribo aunque jamás me haya respondido a nada de lo que yo le he preguntado. Y qué casualidad, a pesar de ser guapa dice que los hombres rusos la han engañado y que ha pensado en un hombre español para algo serio. Pronto me pedirá dinero porque querrá estar conmigo y hasta el momento en el que mande a la mierda al ruso gordo, pajero y calvo que me debe estar respondiendo voy a tratar de sacarle toda la información que pueda aunque aviso que las cartas que estoy recibiendo ya están publicadas en la red. Y hasta aquí puedo seguir contando. Por eso digo ahora que seguramente pasará algo de tiempo entre esta entrada y la siguiente. Una cosa que si puedo hacer, porque está por toda la red, es dejarle la foto de mi Olga que es la que está arriba de estas líneas. ¿A que es linda?